domingo, 30 de diciembre de 2007

Las aventuras de la vida



Todas estas aventuras comienzan hace 15 años, cuando los aventureros de la historia eran unos bebes dando sus primeros pasos en el largo camino de aprender a navegar.

Llegó el primer día, los padres de estos aventureros, los dejaban en el barco para que emprendieran por si solos este camino, para ellos no fue fácil pero lo hacían pensando que en el futuro serían grandes marineros dispuestos a comerse el mundo y a salir en busca del mar más difícil: la felicidad.

Los aventureros lloran, ya no estarán las 24 horas al lado de sus padres sino que compartirán con otros, que también emprenden el largo camino. Allí aprendieron que la a es de amistad, la e de esfuerzo, la i de inteligencia, la o de obediencia y la u de unidad. Después entenderían que cada regaño por más molesto que fuese, sería para impulsarlos a crecer.

Ya habían pasado tres años, nuestros aventureros ya no eran unos bebes habían recibido un ascenso y eso ameritó un cambio de camisa: del jumper a la blanca. Ahora eran niños llenos de inquietudes y preguntas, como todos. Durante 6 años, tuvieron mucho trabajo: aprendieron que sumar es ganar amigos, restar el odio, multiplicar las alegrías y dividir las tristezas, son operaciones matemáticas que servirían para toda su vida. Las inquietudes eran mayores, sus cuerpos comenzarían a cambiar, sin darse cuenta darían un salto de niños a adolescentes.

El tiempo pasa sin cesar, el reloj continúa y la vida de nuestros aventureros no se detiene. Así que transcurrieron los 6 años, ascendieron nuevamente y ahora su camisa no sería blanca sino azul. Un mundo de experiencias por descubrir les esperaba pero ya estaban montados en el barco y después de tanto camino recorrido no podían dan vuelta atrás. Este sería un nivel corto y un poco fuerte para los aventureros, solo serían tres años.

Pero el cambio de camisa implicaba madurez y fortaleza de parte de nuestros aventureros ¿que tan preparados estaban? Eso solo lo diría el tiempo, aquí fortalecieron sus conocimientos de los niveles pasados, incrementarían las amistades y se irían estableciendo lazos afectuosos entre algunos de los aventureros. Pero como no todo es estudio, algunas de las aventureras cumplirían sus 15 primaveras y lo celebrarían a lo grande. Era comprar vestidos formales o informales, bailar y disfrutar para luego seguir en el barco. Después de tantas fiestas los aventureros debían volver para entender que química no es sólo saber las valencias de un elemento es también saber cuando existe una persona químicamente igual a ti y física va más allá de saber que todo lo que sube tiene que bajar, también implica saber que polos opuestos se atraen.

Tanto estudio, llevo a nuestros aventureros a culminar un ciclo para emprender otro, este ciclo también trajo consigo el cambio de camisa: de azul a beige. Ahora los aventureros tendrían en sus manos su primera decisión: debían decidir si dedicarse a ser humanísticos o ser científicos. Muchos aventureros abandonarían el barco, y eso trajo tristeza a sus amigos, como dice la frase: el show debe continuar, ya tomada la decisión los aventureros comprendieron que serían los hermanos mayores del barco, y como tal tendrían grandes responsabilidades, entre ellas el pensar que serian en un futuro, decidirían si continuar navegando o dejar la mar.

Dos años transcurridos, los marineros se llenaron de hermosas experiencias que si bien es cierto no todas fueron bellas y agradables, le enseñaron a navegar en la mar y les dejaron valiosas amistades.

Ahora cada marinero navega en su barco, buscando ser mejor cada día. Pero eso no quiere decir que hayan dejado de ser los aventureros de la vida.

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