domingo, 6 de enero de 2008

UN 31 DE DICIEMBRE DE PURO “SABOR!”…



Día de sol, playa, cócteles en una piscina, y compartir con la familia; eso sí, esperando la tan llegada noche de fin de año, ese ultimo día de los 365 que ya pasaron, ese último día de todos aquellos que dejaste atrás, que habías aprovechado, disfrutado, bailado, -de hecho este año para mi fue bastante productivo- esos últimos recuerdos, y sobre todo esos detalles que puedes hacer para rcibir al próximo año.
Esperando ansiosos las 12 campanadas y el gran cañonazo, pero a las 10:30 se llevo a cabo un gran show que amenizaría el ambiente de venezolanos, italianos, polacos, y esas tantas nacionalidades que estaban unidas en un mismo lugar. Miguel Moli y su hijo cantando (hey, al perecer dentro de poco el niño formará parte de “Salserín, ¡con mucho swing!”)… si si, Miguel Moli, el mismísimo de los 80, aquel que junto a Natusha, Diveana, Roberto Antonio, Los Melódicos, entre otros, animaban todas las fiestas de la época con sus merengues pachangosos. Entonces, ¿que me toco a mi? una noche de puro sabor. Pues si, Miguel estaba en el hotel donde me hospedaba, disfrutamos y cantamos de sus grandes éxitos lo que quedaba de noche, mientras decía junto a él su tan famosa frase: “SABOR!”.

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